La muerte espiritual es la separación de Dios en lo más íntimo del ser humano por causa del pecado (Is. 59:2). Este sentido primordial de muerte, del que la muerte física es un resultado necesario, está implicado en Gn. 2:17 y Ro. 5:12; 1.a Co. 15:22. La muerte segunda (Ap. 20:6; 21:8) no es otra cosa que la fijación en el estado de muerte espiritual al término de la vida presente, cuando una persona ha persistido en la incredulidad hasta ese crítico momento (Jn.
Page 50